lunes, 14 de mayo de 2018

Ni aquí, ni enlloc



Yo mismo pienso que es pesado escribir otra vez más o menos algo que ya has escrito. Yo mismo lo pienso. Pero pienso. Pienso que después de un fin de semana iba a cambiar algo. Que a alguien, alguien, alguno o alguna, iba a ver cómo se removía algo en su interior, en algún interior, en alguna parte de su interior e iba a pensar, quizás incluso en mi inocencia pensé que alguien iba a actuar de otra manera, que hasta aquí, que por aquí sí que no iban a pasar.
Ya no era cuestión de unos tweets, o de alguna línea suelta. Es cuestión de un pensamiento, de un modelo de país. Ya no es una cosa de una mala tarde. Es una línea de pensamiento. Hay catalanes y catalanas, hay españoles nacidos en Catalunya. Hay ideas, ideologías, formas de comportarse, de hablar, de pensar, de actuar, de manifestarte, que son catalanas. Catalanas de verdad. Otras ideas no. Otra gente no. Esto, cuando pasa en otros países, es terrible. Cuando hay gente de otros países que apoya estas ideas, las consideramos ultraderecha, fascistas, nos manifestamos en la plaza de la Vila contra ellas, pensamos incluso en imprimir panfletos en comisiones antifascistas para advertir a la población. Ojo, no les votes, son fascistas. Pero no.
'No lo entiendes, es lo que más jode al PP y Ciudadanos y al PSOE'. 
Lo verdaderamente penoso no es que este nuevo President de la Generalitat tenga estas ideas, se presente a unas elecciones y sea votado, que no es ni siquiera el caso. No es que siendo de derechas, muy de derechas, ultraliberal, xenófobo, etc., y seas President no tengas derecho a serlo porque la gente te puede elegir y ya está. Y no es que eso no sea preocupante. Que lo es cuando pasa en otros países, que lo es cuando en Hungría arrasan en las elecciones, que lo es cuando en Polonia arrasan en las elecciones, que lo es cuando en Francia amenazan y condicionan toda la política que se hace, en Inglaterra, en Alemania, en Holanda. Lo peligroso es otra cosa.
Lo peligroso es que quien debería oponerse frontalmente a él, votar en su contra, no justificarlo, no taparlo, no poner parches, no lo hace. Lo que verdaderamente da miedo es que quien tiene la obligación de oponerse, porque es su contrario, porque no representa a los mismos, porque va contra lo que se supone que es su motivo de existencia… no lo hace. No se opone. Lo justifica. Evita confrontarse. Lo apoya. Piensa que no es tan malo, que como es de aquí, no es malo.
Fuera son peores.
Fuera está Rajoy, Aznar, el Rey Juan Carlos, Ciudadanos, Felipe González. ¿Es eso lo que quieres?
Ayer de todos los momentos que me hicieron saltar el corazón por la boca fue ver a Vidal Aragonés de la Cup, justificar lo injustificable. ‘Parece supremacista’, llegó a decir. No lo entiendo. Sindicalistas que se reclaman herederos de la CNT, que participan en las movidas de los CDR… ¿en serio? ¿Apoyando o justificando a alguien que reclama la figura de quien, precisamente, perseguía a los anarquistas y consideraba sus ideas foráneas? ¿Y hay que justificarlo? ¿Y sale al estrado a citar a Seguí, Carles Riera? ¿De verdad? ¿Me abstengo de votar en contra de Le Pen porque… es de mi pueblo? Y no digo nada de ERC porque a fin de cuentas están perdidos desde hace mucho tiempo. Y no sé porqué pierdo el tiempo con tanta historia por la CUP, como si fuera la primera vez. Pero lo de ayer de Vidal Aragonés, una vez más, no tenía explicación. Y ni una lección, decía. Antifascistas.
Ya sabe todo el mundo de pie calzo. No voy a escribir mucho más sobre el tema. No soy de derechas. En las elecciones voto siempre a la misma izquierda, milito donde milito, todo el mundo lo sabe. Elecciones españolas: no voto a la derecha. Elecciones catalanas: no voto a la derecha. Es sencillo. Objetivos, confluencias, alianzas. No soy muy de hacer cosas con PSC, por ejemplo. Otras cosas ni me las planteo. Ni me las planteo, porque con la derecha, no. Con la derecha, no. Y es sencillo. 
Había una línea durante todo este tiempo que estaba ahí y que no sabíamos si se cruzaba o no. Un miedo. Miedo a que un día alguien considerara, de verdad, no de tapadillo, en tweets, en textos escritos en webs oscuras, que el pueblo catalán es uno y no todo. Y esa línea ya se ha tocado. Y ahora le tenemos de President. Y pide disculpas, no lo volverá a hacer. Pero ahí está.
Y el candidato de ERC en Santa Coloma lanza un tweet en el que habla de que los colomenses serán los que hagan de la República… pero qué colomenses. ¿Quiénes son colomenses para Torra, President gracias a los votos de ERC como si con ellos no fuera? ¿Yo soy colomense? ¿Lo eres tú que lees esto? ¿O eres un español o marroquí o ecuatoriano nacido en Santa Coloma?
Ya nos llamaron traidores una vez. Nos lo llaman continuamente. Ahora ya tenemos a un President que ni siquiera considera que seamos traidores. No somos catalanes. Da igual que nos pida disculpas. Nuestras ideas, socialistas, comunistas, anarquistas, son de fuera.
Lo grave es que hay mucha gente, socialistas, comunistas, anarquistas, que lo justifican. Lo grave es justificar a Torra con una camiseta de Santako Antifeixista. Qué pena y qué miedo. Hoy la izquierda solo tiene un espacio, como ha dicho Xavi Domènech, la Catalunya real, la popular, solo tiene un portavoz. Lo demás es todo diferentes caras del mismo verdugo. 
Contra el fascismo, ni aquí, ni enlloc.

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