jueves, 10 de agosto de 2017

Haciendo turismo por Barcelona


Fuera de juego en el sustancioso y bizantino debate colomense sobre la imposible limpieza de un mugrón clorado en una piscina pública y su utilización como fuente de alimentación, ayer se me propuso cometer un satánico acto como es el de hacer de cicerone para un familiar en Barcelona. Vete a buscar a la tita Antoñita. Desde las diez y media hasta la hora de volver a Santa Coloma, dando vueltas por la Ciudad Condal. Efectivamente, haciendo turismo.
Turismo por el centro de Barcelona, por la Ciutat Vella. Paseo desde la Plaça Catalunya hasta Arc de Triomf que pensé que se resolvería de manera rápida, pero que se prolongó de alguna manera. El turismo en Barcelona. Como quiera que el paseo tuvo lugar a partir de las diez y media de la mañana, lo que más vimos fueron camiones de cerveza, furgonetas de reparto y demás reponedores de servicios y no demasiados turistas. Pero los suficientes para que mi tita mostrase su profundo desagrado con el coñazo que daban con las bicicletas.
Esta vez, y para no hacer gala de narcisismo y de proyectar en mi yo los deseos y anhelos de todo un colectivo, el paseo no lo doy yo solo. Ahora somos dos. Y no camino por Santa Coloma, con lo que tampoco proyectaré ninguna imagen distorsionada y sectaria de mi ciudad en aras de una destrucción por el mero placer interesado de la destrucción. Un paseo por esa ciudad desgobernada por Ada Colau y Barcelona en Comú. Personajes pérfidos que tan pronto son dañinos para la promoción de la ciudad por su afán de control al sector hotelero y hostelero, como son unos moñas porque no hacen nada por controlar al sector hotelero y hostelero. Personajes pérfidos y poco plebeyos que tan malos son por no ser independentistas como por decir que no son independentistas como por haber votado una vez en una consulta como por cualquier cosa que usted pueda imaginar. Aeropuertos, gestación subrogada, manteros, poner urnas, huelgas de metro, prohibición de jugar a la pelota, turismofobia, la trata de blancas, el gol en fuera de juego de Casemiro, la AMB, los juegos olímpicos, todo aquello que ustedes puedan imaginar y más. Y sin embargo, servidor, como un buen número de encuestados, siguen creyendo que tenemos razón y que vamos bien. Y eso jode. Y mucho. Y no paran.
Paseo, digo, que comienza por la plaza Catalunya y que sigue por portal de l’Àngel, hasta la plaça del Pi y que conscientemente evita encontrarse con carrer Avinyó para ir callejeando hasta llegar a la plaza Real donde intento contar algo sobre los sótanos de los locales de allí y la marcha que hay o hubo o…  Escudellers, entrar en la plaza del Tripi y enfilar una calle que es la de la foto y que me proporciona una visión de la Basílica de la Mercé que no había visto. Mi tita me preguntó que qué iglesia era esa y no supe contestar. Claro, si está en la plaça de la Mercé, era la… si. Soy de aquí, pero oiga, no puedo estar en todo. Esa visión sobre la cúpula de la Mercé, me gustó, hice una foto, dos fotos. Hice fotos malas en Barcelona. Mi tita, llegados al carrer Ample y a esa plaza, quiso entrar. Y entró y entré con ella. No había que pagar. Cosas con las que duda uno. Pues no. Basílica muy recargada, porque supongo que era barroca. Le dije a mi tita que había pasado por allí mil veces y jamás había entrado. La plaça de la Mercé, la Pompeu, los juzgados. En la Basílica mi tita (o quizás fue antes) me pregunta si la Catedral del Mar quedaba muy lejos, que se estaba leyendo el libro de Falcón, el de la segunda parte y… pero antes, también me pregunta por el barrio judío, el call y le digo que nos lo hemos pasado, pero que podemos volver a subir, total, la mañana es joven.
Y de la Mercé volvemos a subir hacia la zona del Call, intentando no repetir las mismas calles. No sé si ahí o mucho antes, mucho antes recuerdo, en la plaça del Pi, le quito a mi tita la fascinación por lo bonito que parece todo diciéndole que en realidad el barrio gótico es un invento, que es todo mentira y que es una invención del siglo XIX y XX para atraer visitantes, que en realidad del barrio gótico queda poco y es todo cartón piedra. Que lo leí en un artículo. Y no le he pasado el artículo en cuestión, pero lo tengo que buscar. En una de esas calles me da la idea de preguntarle cómo está. Pero me da corte y paso.
Subiendo, paso por delante del Macarena, que alguna vez de joven visité y enlazamos con Avinyó. Le digo a mi tita que es una calle comercial muy chula y me da vergüenza escucharme. Carrer Ferran y el Call, pasamos por delante de la Sinagoga y entramos en una tienda pero nada más entrar parece ser un lugar donde hacen excursiones y visitas y salimos despavoridos. Damos dos vueltas más por calles que se llaman Call y como ya va avanzando el día vemos cada vez más grupos organizados de deambulantes. En una de esas calles Call han puesto una tienda de bicis. Un callejón estrecho plagado de bicis. Mi tita se caga en todo. Yo tuve un amigo que trabajó en un local así, alquilando bicis y de trixing. Siempre se conoce a alguien. Van a prohibir el trixing por el centro, y los chismes esos motorizados, por la masificación. Ya he dicho que estoy a favor. Pasamos por delante del museo del Call pero no entramos y seguimos ahora haciendo un recorrido que ha de llevarnos a…
La plaça Sant Felip Neri, esa plaza tan bonita que hay al lado de la Catedral que antes parecía escondida y encerrada y ahora también tenía ya sus dos o tres grupos de paseantes organizados escuchando… le digo a mi tita que ahí tiraron una bomba en el 38 los franquistas y que por eso esos restos de metralla. Le digo a mi tita que Sant Felip Neri es el día de mi cumpleaños. Veo una fachada que es como una galleta artiach y miro la placa a ver si dicen qué es, pero dicen en la placa lo del bombardeo franquista. 40 muertos. Salimos a la calle que une la catedral con sant Jaume y le enseño a mi tita la Calavera debajo del… y una vez vista, vamos por detrás de la Catedral y le enseño otra de mis plazas preferidas, la Plaça del Rei. Con sus arquitos y sus escaleras. Llena ya de gente, con alguna de esas bandas de deambulantes en bicicleta. Todos juntos. Le digo a mi tita que en el antiquari hemos pasado algunas noches guapas de verdad (Marina, Laura, Nuri, Abel…), y seguimos. Mi tita está encantada con el paseo. No le estoy contando nada. Hay una foto de Carlos de Borbón y le digo que es Carlos III. Apunte histórico.
Vamos bajando por el lateral del Ajuntament hasta la plaça Traginers y de allí a saltar al Born. Le digo a mi tita que el Born está mejor cuidado que el Gótico y que también es más caro y… vamos hacia la Catedral del Mar y mi tita dice que, por motivos sentimentales, tenemos que tomarnos una caña en un Sagardi. Lo que haga falta. Entramos en la Catedral del Mar, la virgen tan chiquitilla en una iglesia tan grande. La construcción, le hablo de la Sagrada Familia, de la catedral de Barcelona, de lo que se tarda, mi tita dice que hay una parte de la Sagrada Familia es muy fea… dice que nos vayamos fuera, que tanto hablar aquí dentro. Vamos a tomarnos la caña. Cerveza. Odia la moritz. Hablamos de cerveza y hablamos de Vilches. De los bares de Vilches, del 15 de agosto, de Ginés. Seguimos.
Vamos a remontar hacia arriba. No conoce el barrio de Sant Pere. Le doy vueltas por esas calles y me acuerdo del mercat de Santa Caterina, entramos al mercat y le digo que aunque parezca muy auténtico, es todo mentira. Pasamos por el mercat del Born, le digo, otra vez, que todo es mentira. Hay una modelo a la que le hacen fotos, pero sin el banderón de corner de fondo.
Calles, callecillas, callejones, con sus balcones llenos de sábanas y ropa tendida, con gente sentada en el suelo, durmiendo o no, pintas de todo tipo, calles de mentira y calles de verdad. Saber distinguirlo. Acertar de casualidad. Le digo a mi tita que ese barrio mola, mi tita dice que ese barrio mola, que no lo había visto, y que esas calles le encantan. Vamos avanzando hasta llegar a la plaça de Sant Pere. Le digo que hay un coreano muy bueno ahí, que alguna vez he ido. Mi madre, un rato después, dice que ella también ha ido conmigo, pero se confunde. Todo parece bien. Antes la he llevado al forat de la vergonya, le he intentado explicar el qué pero tampoco he sabido bien bien qué explicar.
Venga, es la hora de ir yendo para Santa Coloma. Vamos dirección Besós. Le digo a mi tita lo de las calles Sant pere mes baix, sant pere mitjá, sant pere… no se abren la cabeza para las calles. Debería haberla llevado al palau de la música, al antic teatre… otra vez será.
Arc de triomf. Mi tita pregunta y yo le digo que debe ser de la primera exposición universal y si sale barba es san Antón y si no la purísima concepción. En el viaje de vuelta a Santa Coloma, le digo que los colomenses somos tan así que solo nos sentimos bien una vez que pasamos Fabra i Puig, que los demás nos parece mentira.
Lo más curioso es que tengo fotos con mi tita Antoñita dándole de comer a las palomas en la plaça Catalunya cuando yo tenía ocho años y le estaba enseñando aquello como si fuera nuevo. Qué paciencia.

1 comentario:

  1. Hombre, Tolya, la memoria de la gente tiene una cierta caducidad. No quiero decir que usted no sea joven, pero comprenda que desde que tenía ocho años ya llovió.

    Feliz tarde

    Bisous

    ResponderEliminar