sábado, 17 de diciembre de 2016

XVIII Premis Ciutat de Santa Coloma. Lo que nos merecemos.


De manera bianual se conceden los Premis Ciutat de Santa Coloma a personas o entidades que han hecho y hacen algo por la ciudad. Algo no es asfaltar calles simplemente (que tiene su importancia), tiene que ver con más cosas, como veremos a continuación.
Diversos asuntos. Uno, la floja entrada. El acontecimiento, la ceremonia de la entrega de premios tuvo lugar en el Teatre Sagarra. No es fácil llenar el Teatre. Lo hará el domingo Cocoteva y lo hizo el Orfeó Tanit con el Requiem de Mozart, pero, cosa curiosa, con más de la mitad del aforo reservado para invitados, la ciudadanía colomense o como le queramos llamar, las clases trabajadoras por ejemplo, no vinieron al acto. Si no es por los reservados, muy poca gente hubiera venido. Para la reflexión lo dejo. La ceremonia. Antes de comenzar, las previsiones (en femenino) venían a decir que podíamos irnos bien bien a las diez de la noche, por que ya se conoce que a la gente le gusta hablar y recordar y agradecer cuando sube a recoger un premio y por lo general las entregas de lo que sea se hacen algo tediosas. Y nada más lejos de la realidad. Conducida por Andreu Banús y con el personal de l'Excèntrica al piano, baile y entretenimiento, la gala fue sobria, elegante y medida. A las nueve y poco todo había acabado y no dio la sensación de que hubiera faltado nada, ni mucho menos.
¿Quién concede los premios? Un jurado. ¿Quién es ese jurado? Una pléyade de regidores, con la alcaldesa al frente, así como diversas personalidades de la ciudad como la cocinera Mar Gómez de la Lluerna, el fotógrafo Samuel Aranda o el poeta Rodolfo del Hoyo entre otros. Regidores del equipo de Gobierno, se me ha olvidado decir. Este hecho no ocurría antes, donde la representación en el jurado, a nivel político era más plural. Tengo la duda si es que era más plural porque el equipo de gobierno era más plural o si es por otro motivo. El caso es que solo había regidores del PSC. Llámenme tiquismiquis (Teodorakis).
Los premios. En primer lugar se conceden los premios de la modalidad A, que reconocen el trabajo continuado en favor de la ciudad. Dos menciones: una para el alcalde Lluís Hernàndez y otra para el alcalde Celestí Boada. A Lluís Hernàndez no hace falta que lo presentemos (¿o sí?), es el alcalde. A Celestí Boada sí, fue alcalde durante la República, fusilado después de la guerra y perteneciente a Esquerra Republicana de Catalunya. Salieron a recibir el premio así como decir algunas palabras, Jaume, el hermano de Luís y la hija de Celestí Boada, Montserrat. Llega el momento de otorgar el premio, que este año ha sido concedido a Jaume P. Sayrach.
Conste que soy muy fan de Jaume P. Sayrach. Jaume Patrici Sayrach es un personaje fundamental para entender la organización del movimiento vecinal, cultural, político de nuestra ciudad desde los años sesenta hasta nuestros días. Soy muy fan porque es una persona que lamentas profundamente haberte perdido cuando tenía él 50 años, por ejemplo. Debía ser intratable, una máquina, un auténtico talento para exponer, para hablar, para convencer, para discutir. Si con la edad que tiene ahora, ya es un lujo conversar con él, discutir las más de las veces, porque sus puntos de vista suelen distar un poco, un poco solo, de los míos, me imagino qué debía pasar cuando llegó a Santa Coloma para hacerse cargo de la parroquia del Fondo, en su juventud. Un pozo de sabiduría, de argumentos, de ejemplos, y de capacidad para congregar a su alrededor a gente con ganas de hacer cosas. Porque puedes hablar muy bien, discutir muy bien, poner referencias y citas, ser un intelectual refinado o muy amante del pueblo porque eres pueblo pero cuando digas ‘vamos’, si no viene nadie, eres un fracaso. Y Jaume P. Sayrach, no lo es en absoluto.
Su discurso ayer fue una obra de arte. A mí me pareció un alarde. Dio, repartió, se dio y se vació, dijo lo que quería decir, que él no es solo él, que no le gusta el premio porque se lo dan a él, pero le gusta que se lo den si se reconoce que a él se lo dan porque con él venían todos los demás. Me emocionó ver a mi padre, que seguramente no ha hablado nunca con Sayrach, en el público, asentir cuando Sayrach recordaba a los niños y niñas de 14 años que ya trabajaban en las fábricas y sacaban tiempo y ganas para formarse y hacer cosas por el barrio. Por todos. Y eso, amigos, se está perdiendo. No quiero ponerme pesimista, pero… bueno. En fin. En su discurso, Sayrach recordó a las administraciones que se deben a la gente, que nunca han apoyado las iniciativas que lleva adelante gente como él, que miren a la gente. Porque sin la gente no hay nada. Enorme, Sayrach. No creo que lea esto, porque cree que siempre escribo gilipolleces, pero si le pueden felicitar… de mi parte. Grande. ¿No saben quién es Sayrach?
Como digo, poca gente en los premios. Los premiados, los sospechosos habituales en los actos de este tipo. Poca presencia de ciudadanos que se sintieran llamados a reconocer a vecinos que hacen cosas por el pueblo. Mal síntoma.
Modalidad B. Premio a la actividad destacada en los últimos dos años. Una mención especial para Proactiva Open Arms. ¿Les gusta Salvados? ¿Se acuerdan del Salvados aquel del barco que rescata refugiados en el mar? Pues es la ONG que compra el barco. Hoy, (cuando escribo esto es sábado noche), ha tenido lugar la proyección del documental, Astral, con la presencia de Jordi Évole y Oscar Camps, de Proactiva Open Arms. Ha sido muy emocionante ver el documental otra vez. Y escuchar a Évole repartir estopa y hablar claro, sencillo, directo, sin citas, sin intelectualismos, sin forzar, hablar de la mierda de modelo racista y ultraderechista que se está imponiendo en Europa y de cómo la pedagogía, hablar, explicar, contar, nos salva; a Oscar Camps interpelar a la población (resulta que su madre es de Santaco, ¿quién no es de Santaco?) y exclamar que tenemos lo que nos merecemos. Con algo de desesperanza. Pero ahí está. Una desesperanza activa. Así sí. Y a Gabriel, que también tuvo su Salvados, hacer un alegato que… Los premios. Proactiva Open Arms, salió a recibir el premio otro chico (su mujer es de Santaco), y se emocionó. Es así y así tiene que ser.
¿A quién le han dado el premio, que me enrollo? Al Orfeó Tanit. Mi madre canta en el Orfeó Tanit. Desde hace unas semanas, el quirio se ha hecho público. Años cantando únicamente los aguilandos de Vilches, y mira por donde sale. Pues Premi Ciutat de Santa Coloma. Por cantar. La infatigable tarea de personas como usted o como usted también que sacan tiempo para aprenderse canciones, para cantarlas, para ensayar, para ir allí, para ir al otro lado, para cantar. Por cantar. De las cosas más bonitas que se pueden hacer en esta vida. Salen a recibir el premio la Pepi Sánchez, y la Carmeta Ot, y otro señor que no sé su nombre pero… creo que es el Viñas. No habló. La Pepi sí. Se enfadará si le digo que la Carmeta mejor, pero mi misión en la vida es enfadar a la Pepi. Y a más gente. Una entidad con 21 años de historia y con una actividad frenética.
Modalidad C. Al trabajo en la promoción externa de la ciudad. La mención en este caso es para la ACI, agrupació del comerç i de la industria. Muy bien. Salen a recibir el premio la Laia y otro chico y recuerdan a la personas que han formado parte de la entidad y que el motivo de la creación de la ACI sigue vigente. El comercio en Santa Coloma. La eterna pregunta. ¿Qué hacemos para que la gente, que tan y tan y tan de Santa Coloma que dice (decimos) que es, se quede aquí para comprar, rodeados como estamos de centros comerciales? Iniciativas, proyectos, propuestas, lo de la moneda local… quién sabe. Pero por probar que no quede.
¿Y a quién le dan el premio? A la Llibreria Carrer Major. ¿Cuántas veces han ido a comprar un libro a la Carrer Major? Digo más, ¿cuántos nombres de librerías en Santa Coloma conocen? Más de una vez, y más de dos, hablando con personas afectadas, la posibilidad de montar una librería ha sobrevolado la conversación. Una librería en Santa Coloma. El sitio, el lugar, el qué, el cómo, el público, la valentía de estar, de ofrecer. Digan, nombres de librerías. No papelerías, que tienen otro mercado. Si no van a Barcelona, ahora en Navidad a comprar un libro, ¿dónde tienen que ir? Además, hacen cosas. No se limitan a vender, actúan como dinamizadores culturales de la ciudad. En la medida de sus posibilidades. Organizan lecturas poéticas, presentaciones de libros… ¿Sabían ustedes, colomenses, que le daban un premio a la librería Carrer Major y no fueron a ver los premios? ¿Dónde compran los libros? ¿Compran libros?
Salieron los responsables, se emocionó Dora, la librera, y… bona nit.
La gala terminó con la chica bailando en vivo. No les he dicho que había una chica que bailaba en unos vídeos muy cortitos pero muy majos, ambientados al piano por Juanjo Marín (en riguroso directo al parecer), con el maestro Joan Fernàndez haciendo su número de Pascali. Todo bien.
Una reflexión. Una gala como esta merecía un aforo lleno. No sé a santo de qué no se llenó el teatre Sagarra, los premiados tenían entidad y trayectoria como para… y sin embargo, nada. Fueron regidores de ICV-EUiA, Ciutadans, responsables de Esquerra Republicana… ninguno de SOM o del PP.
No lo entiendo. Una ciudad que no se vuelca con su gente, tiene mala pinta.

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