jueves, 10 de noviembre de 2016

Baal

- Vivía en un mar de turbulencias y me adentré en el lago de la placidez gracias a ti. Gracias a tu divina providencia, a tu enérgica luz, a tu sabio designio conseguí alcanzar todo aquello que había siempre deseado. Alcancé lo que deseaba. Lo que deseaba. Tanto. Lo conseguí. Estaba perdido y tú llegaste a mí para salvarme. Estaba vencido, derrotado, desnortado, despeinado, sucio, no me lavaba los dientes desde hacía demasiado tiempo, bebía vino barato, bebía vino caro, bebía. Estaba cansado, estaba muerto, estaba tan abslutamente vacío de contenido. Y tú viniste de esa manera en la que llegan las soluciones milagrosas que cuentan los libros y los folletos y las revistas y los discursos de los que nos dicen que habrá un mundo mejor. Y el mundo mejor eras tú, o al menos tú conseguiste llevarme a él y yo lo identifico contigo. Y esa luz que tú me diste, me la trasladaste a la mirada, a mi fuerza interior, y me llevaste a un estado superior desde el que veo la vida como caminando a dos metros de altura, a cuatro metros de altura. Veo la vida de una manera definitivamente feliz, Vivía yo en un mundo lleno de incertidumbres, dudando por todo, sin un rumbo fijo, sin saber. Y ya sé. Y ya lo sé y lo digo cuando tengo la oportunidad. Y cuando esa oportunidad no surge, la busco y la provoco y entonces digo lo que siento. Siento que estoy definitivamente a tu lado para siempre y contigo tengo la luz que me guía. La luz que me guía y me alumbra. Yo nunca, nunca pensé que podría decir estas cosas. Nunca pensé que podría haber una luz para mí. Vivía descreído, vivía aturullado, vivía desnudo, vivía sin un horario, vivía con una agenda repleta de actividades, vivía estudiando, vivía creyendo, vivía dudando, vivía y no era eso estar vivo. Vivía y no sabía qué. Vivía y vivía  y pasaban los días y no sabía que el tiempo era algo diferente a lo que me contaban mis amigos, mis profesores, mis referentes, imprescindibles. No. No. No era eso. Me cogiste de la mano y me llevaste a otro punto desde el cual la realidad toma otra dimensión, la dimensión desde la cual se entiende el todo. El Todo en el que nos hemos sumergido todos sin darnos cuenta y del que deberíamos guardar una perspectiva mucho más amplia...
- Un momento... no te quiero molestar, pero no me estás hablando a mí ¿verdad?
- Oh, Gran Baal. Perdóname, pero no eres tú a quien hablo Baal majestuoso y magnífico...
- No, no pasa nada. Es que estaba... y he escuchado y me estaba extrañando que... que no pasa nada, sigue a lo tuyo...
- Oh, Baal, oh perfecto Baal, oh Baal que todo lo pudiste y todo lo creaste, no creas que yo...
- Yo no digo nada. Qué voy a decir yo. Solo digo que estaba por aquí y que, bueno, que me ha llamado la atención esto que decías, mortal. Adelante, continúa, avanza.
- Oh Baal, tolerante y modesto... contaba yo que vivía entre...
- No, si eso ya lo sé. Sé lo que vas a decir después. Yo solo digo que continúes y a ver adónde llegas.

1 comentario:

  1. Hablando de conversaciones con la Divinidad... Qué opina de las predicciones de Baba Vanga?

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