lunes, 29 de febrero de 2016

El militante

Nací sin el carnet, dice una canción de La Polla Records. Hoy hace cuatro años que me afilié a Esquerra Unida i Alternativa. Y, como de todo tiene uno que hacer un mundo o relatarlo de alguna manera, pues eso.
Antes, mucho antes, yo ya había tenido mis momentos de 'querer afiliarme' a Esquerra Unida. Eran muchas tardes que pasaba delante del ordenador con la ventana abierta de la ficha de afiliación, sin atreverme a pulsar. Incluso abría también la del PsucViu, con el mismo objeto. Pero cuando abría esta y ya lo tenía más o menos claro, me asaltaba la duda... ¿soy solo del psucviu? ¿le tengo alguna inquina a las otras partes? Concluía siempre que, si me afiliaba a algo, sería a Esquerra Unida. Hace cuatro años de esto, por lo que entonces contaba yo con 36 años largos.
¿Por qué no me afilié antes? Por vago. Por que pensaba que afiliarse me comprometía a 'hacer cosas' y yo soy más bien perrete, más bien de hablar y chau chau, pero de ponerme a hacer cosas, más bien poco. No me gusta ir, no me gusta estar, no me gusta moverme. Luego voy a muchos sitios y me gusta estar en los sitios y conocer gente, pero así de primeras la respuesta siempre es 'no'. No voy a ir. ¿Por qué no me afilié antes? Mi padre. Mi padre es una vaquilla toreada. Mi padre ya venía de participar en otras cosas y la experiencia fue negativa. Siempre nos decía que bueno, que sí, que participar, que moverse... pero que al final te encontrarías con que todo es una mierda, que el de arriba te va a vender, que te van a tomar el pelo, que te vas a desengañar... él lo tenía muy vivo y nos lo quería trasladar. Podéis hacer lo que queráis, pero es un camino fastidiado ese de la participación en política. Sea en un partido o en un sindicato.
Antes, mucho tiempo antes, en mis años de juventud todavía ilusionada (snif), me propusieron participar en el Mili KK. Me hacía mucha ilusión. Se enteró mi padre y mi paso al lado alternativo de la vida, quedó frustrado. Así me convertí un poco en un 'mi padre'. Mucha teoría, adhesión clara a lo que es IU y todo eso, con cero interés por leer a Marx, a Lenin, a Gramsci... uno es de izquierdas, entiende que el PSOE no lo es y que el resto de grupos o formaciones que quedan a su izquierda son todas (todas) digamos que 'hermanas' aunque sólo una es la verdadera... pero sin que me vieran el pelo en ninguna parte, salvo echar sermones a los colegas en el bar. Vamos, un brasas.
¿Qué pasó? El 15m ya había pasado. Mi participación, por lo que te dije, fue la misma. Fui a la plaza Catalunya alguna vez, estuve allí, pero no participé en nada. El paso lo dí por lo siguente: por rencor.
Un día, caminando por Passeig de Gràcia recibí la llamada de mi amigo E. Estuvimos hablando y me dijo que estaba harto de todo. Que había decidido afiliarse a la CGT, allá en Madrid. Me dejó helado. El E., una de las víctimas de siempre de los sermones de la montaña, me pasaba por la izquierda. Eso no podía quedar así. El español salió a relucir. 'Pues si tú te afilias a la Cgt yo... yo me afilio a EUiA!'.
Vuelta a empezar a mirar la web, a dudar, y finalmente el 29 de febrero... hice clic. Pero un clic con gracia. Me afilié, es cierto. Pero no a mi asamblea local, sino al área de comunicación. Iba a algunas reuniones, se hablaba de los problemas de la prensa... era guay y no tenía que implicarme demasiado en la vida diaria de nada. Recibía mails, estaba bien. Cuando se hizo la cena anual, creo, de EUiA, me apunté y asistí con los de comunicación... en otra mesa estaban los compañeros de Santa Coloma y me vieron. El hijo de la Isabel... así es, les dije, no milito en Santa Coloma porque los gafapastas somos demasiado cool para eso. Hay gente que tiene un don para meter la pata y ya luego...
El caso es que ya lo sabían, Hubo unas elecciones generales entonces y se tuvo que refrendar nuestra lista, había que ir al local. Lo hice, voté, ya me tenian fichado. En la mesa, si no recuerdo mal, estaba Oscar Ladera. Me lo volvi a encontrar en el metro alguna vez.
Un día, víspera de la última huelga general, me encontré a Oscar en la puerta del metro repartiendo octavillas junto a Loli Gómez. Compañero, esta noche vamos de piquete, podrías venir... Joder. Me puso mal cuerpo. Tenía que ir. Fui a mi casa, me rapé la cabeza y a la hora convenida ahí estaba. No me conocía nadie.
Han pasado cuatro años justos desde aquel clic. Ha sido una de las cosas más gratificantes que he hecho en mi vida. He conocido a gente de todo tipo, interesante, fascinante, a veces cargante, otras enervante, pero siempre, siempre me lo he pasado bien. Incluso en los días más chungos. No sé si habré cambiado nada, no se trataba de eso, se trataba de participar al menos. De hablar y de conocer gente, de intercambiar opiniones, de hacerlas llegar, de provocar a veces. Discutir, proponer, rebatir, darle la vuelta a las cosas, planificar, montar una caseta, estar en la caseta, la paradita de Sant Jordi, las diátribas con el Jordi S., colgar carteles, sujetar la escalera y jamás subir, las campañas electorales, las noches electorales, los plenos, los postplenos, las calçotadas sin calçots, las matinales de sábado con las bolsas rojas de la Antifascista, el disfraz de flor de la Plataforma, todo. Todo ha sido positivo. Hasta cuando ha sido desagradale. Me dejo muchísimas cosas. He conocido a compañeros y compañeras estupendos. También me ha conocido a mí gente que no me hablará en la vida jamás. Desde el primer día, desde el primer análisis electoral con Gacela hasta el sábado pasado dando y recibiendo. No soy comunista, les digo a los compañeros, soy socialdemócrata. Y a correr. Es fascinante este mundo.
De las mejores cosas, no voy a decir que hecho porque suena a pasado, sino que estoy haciendo. Que es presente. Y tiene futuro. Como sea, pero hay que luchar.
Me afilié un 29 de febrero para no olvidarme. A ver dentro de cuatro años de lo que me tengo que acordar.
Visca Esquerra Unida i Alternativa!

No hay comentarios:

Publicar un comentario