lunes, 21 de septiembre de 2015

Con los amigos

Balance de actuación del emperador Khulian Khan. Concretamente balance de los últimos meses de su reinado, recogido por el escribiente Shukhar Ushbaleismail. Documento que tenemos y que ya me dirás tú a qué viene colocarlo ahora, pero bueno. Todo es un poco así.
'Le notábamos todos algo raro. Así como lo normal en los emperadores antiguos era que, llegados a su último trance, decayesen en su ánimo y se dedicasen a contemplar su vida y obra como quien ha terminado un palacio, en el caso del gran Khulian se despertó en él un afán de hacer algo que no había hecho. Reunió a sus más fieles seguidores, tres personas que habían sido sus camaradas de correrías antes de ser designado emperador y se lanzó a una descabellada aventura consistente en recuperar un antiguo objeto que perteneció a uno de los primeros emperadores de nuestra tierra y que se había perdido sin que supiera nadie muy a ciencia cierta qué se había perdido, qué emperador exactamente era ese, cuándo había sucedido todo aquello y de qué manera encontrar ese objeto iba a proporcionar al imperio un bienestar mayor. Los tres y el emperador Khulian con ellos, fueron incapaces de dar una explicación plausible de todo aquel invento, pero nadie se puso en contra de ese deseo. Tan sólo un consejero, el gran Dongorong Suleyman puso alguna pega. Su cuerpo fue azotado durante varios días, despellejado convenientemente, horadados sus agujeros naturales con dilatadores varios y finalmente abandonado en un desierto untado en sal para que su muerte fuera un ejemplo de que las decisiones de Khulian no se discutían. Los tres, pues, partieron en busca de un objeto que perteneció a un alguien que estaba no se sabía donde. Para esa aventura pronosticaban una duración de unos tres meses. Partieron un día con una gran balumba de pertrechos y atalajes para un gran viaje. Eran tres y nuestro emperador Khulian Khan y durante su ausencia, Khulian designó a su seguro servidor Shukhar Ushbaleismail como lugarteniente y depositario de los poderes del emperador.
Partieron y noté sobre mí, y perdonen si me introduzco en la crónica, los ojos de quienes fiscalizan el poder. Pero duró poco el sufrimiento y no tuve que tomar decisión alguna. A los tres días, Khulian Khan, volvió solo a palacio. Volvía manchado de sangre, con su ropa hecha girones, con trozos de carne pegados a su turbante y en su pecho lucía un colgante bastante vulgar que todos dedujimos que era el objeto deseado. De los tres amigos no quiso hablar. Acariciando el colgante, se retiró a sus aposentos y ahí sí, comenzó a oscurecerse su influjo y poder. Murió con una sonrisa en los labios.'

2 comentarios:

  1. Pues igual daría esto para desarrollar otra epopeya como la de Don Fernando López de Oña, quién sabe.

    Feliz tarde, monsieur

    Bisous

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  2. Oiga,cómo le inspiran los parajes exóticos, Baal y el ajedrez.

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