martes, 9 de junio de 2015

Gorteza

Una Aurora Boreal es difícil de explicar si no la has visto directamente, si no has estado ante una, si no has tenido la oportunidad de viajar a esos lugares donde se puede contemplar. Gorteza vio una Aurora Boreal en una de sus ensoñaciones. Concretamente vio una Aurora Boreal mientras le estaban cortando el pelo en la barbería del Yesi. Cuando terminó, fue a explicarlo al bar del Frederico. Nadie dijo nada. Las Auroras Boreales son de difícil digestión en Villastanza de Llorera. No hacía mucho tiempo que había ocurrido algo raro, un suceso extraño que algunos, los más obstusos, no dudaron en calificar de brujería. El caso es que todo aquel asunto pasó en su momento desapercibido para Gorteza, porque para Gorteza todo era nada y todo se reducía a ir pasando los días entre ensoñación y viaje sin viajar. El caso es que nunca había visto una Aurora Boreal y la visión le dejó extasiado. Le impresionó de tal manera que, por primera vez en su vida, tenía la necesidad de buscar de nuevo la visión del día anterior. Antes esto nunca le había pasado. Los días iban y venían y él viajaba libremente sin que nada le provocase la sensación de querer volver. Pero aquel fenómeno, aquella Aurora Boreal, fue diferente. Así que cuando salió del bar de Frederico volvió a su casa con la intención de echarse un rato y, si era posible, volver a soñar con aquella Aurora Boreal. Efectivamente, al cabo de unos segundos de estar medio apontocado contra el butacón, presa de un ataque de sueño un tanto extraño, empezó de nuevo a ver esos reflejos, esas luces, esa maravillosa secuencia de fenómenos extraños que desencadenan una Aurora Boreal. Pero justo cuando todo estaba yendo casi exactamente como la vez anterior, algo truncó el sueño. El sueño siguió pero el sueño ya era otro. Un señor ataviado con un traje militar de otro tiempo, paseaba por la puerta de su casa y le llamaba de manera muy ostentosa. Gorteza le veía y quiso abrirle la puerta, pero no podía. Intentaba girar la llave una y otra vez pero algo pasaba que no podía. Gorteza quería abrirle la puerta al señor con traje de militar y no había manera. Le dio miedo quedarse encerrado en su propia casa sin poder salir. Gorteza respiraba agitadamente y el sueño parecía a punto de desvanecerse, cuando con un movimiento mañoso, la puerta, su propia puerta se abrió y ante él apareció el militar leyendo un libro en el que se se contaba una historia de unas gentes extrañas llegadas a Villastanza de Llorera hacía mucho tiempo. El militar le miraba y le entregaba el libro para que lo leyera. En concreto, señalaba una página en la que se leía 'murieron todos'. Así. De hecho en la página sólo se leía esto. Gorteza se despertó. Quiso salir de su casa. Fue a la puerta y abrió la llave muy fácilmente. Fuera había un señor con pinta de militar, pero sin traje de militar leyendo un libro. Gorteza estaba asustado. Tenía ganas de saber qué decía ese libro. Qué libro era. Era un libro sobre La Autodeterminación de los Pueblos. Se tranquilizó. Gorteza volvió a entrar en su casa e intentó prepararse algo de comer. Los armarios estaban cerrados a cal y canto. No pudo hacer nada.

1 comentario:

  1. A mí me da la impresión de que la aurora boreal le da mal rollo. No sé, tal vez debería volver a Baal un rato.

    Feliz tarde

    Bisous

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