jueves, 16 de abril de 2015

Análisis del primer debate televisivo entre Cabezas de Lista en Santa Coloma de Gramenet a cargo del profesor de Ciencia Política y Comunicación Política por la Universidad de Grünefreund, Nadio Teins.

En tanto en cuanto he pasado unos días en los que, la verdad como que no, y, como quiera que sea que tampoco es que esté uno todavía para muchos alardes, con la intención de que el blog siga manteniéndose vivo y la gente no piense que ya desto, hago un copypaste de un texto que he encontrado en 'El Mercurio de Safaretjos', a cargo del profesor de Ciencia Política y Comunicación Política por la Universidad de Grünefreund, el señor Nadio Teins. Analiza el Debate del pasado jueves 9 de abril entre Cabezas de Lista de las distintas formaciones que concurren a las elecciones municipales del 24 de mayo en Santa Coloma de Gramenet desde una perspectiva... yo he llegado solo a la mitad. El texto no tiene título y la foto la he puesto así al tuntún porque es que no tengo ganas de nada. Bueno. A ver si eso.
'Repugnante. Consultado y requerido por este dignísimo semanario llamado El Mercurio de Safaretjos para seguir el debate entre distintos candidatos a la alcaldía de Santa Coloma de Gramenet, acepté dado que me interesa sobremanera cómo puede darse un debate entre candidatos a nivel local en tanto en cuanto la política municipal no me ha interesado en absoluto, dada la cutrez de sus referencias, la poca valía de sus protagonistas y el nulo interés informativo que podía despertar más allá de la misma sala de debate. Como quiera que jamás tuve mayor interés por el tema, decidí que por algún sitio podía empezar y quizás Santa Coloma de Gramenet fuera 'the place'. Repugnante. Repugnante, insisto y lo diré mil veces mientras me quede un hilo de vida. Repugnante. Qué poca luz, qué poco fuste, qué sosez, qué intranscendencia tan supina. Me interesa más la luz. La luz últimamente absorbe buena parte de mis consideraciones en lo que a política y la forma de comunicarla. La luz. La luz de las nueve de la mañana. La limpia luz de la mañana. Creo, y quizás me extienda en este punto un tanto en demasía, pero considero que es lo que me apetece y contra esto, amigo lector, no puedo luchar, que es la luz. La luz y ya tratando de todo un poco, la luz reflejada en el agua de un estanque, por ejemplo, o mejor no, mejor la luz simplemente que hace de un cielo azul quizás el espectáculo más maravilloso que un ser humano pueda contemplar. La luz. Es la luz y es hoy en día lo que en ciencia política denominamos 'luz de paz'. Esa luz. Esa luz que transmite la paz. Esa luz de las nueve de la mañana, tan clara, tan penetrante. Recuerdo ahora las palabras que me comentó el que fuera lector emérito por la Facultad de Filosofía de mi misma Universidad, el profesor Lokeren, cuando dijo que 'es la luz, sin duda, la luz, lo que define a una persona. Otros han considerado que es su capacidad para influir, para liderar, pero yo lo veo decantado en lo que se diría la luz. Esa fuente de luz que no poseen demasiadas personas y que naturalmente a las nueve de la mañana de una limpia jornada de abril...'. Y no sigo citando porque a fin de cuentas, el encargo es para mí y no para mi compañero. Los candidatos a la alcaldía en Santa Coloma de Gramenet, pues la verdad, qué quieren que les diga, adolecen. Adolecen unos de género y otros, naturalmente de condición. Quienes hayan repasado mis estudios sobre Comunicación Política sabrán de mi poca simpatía por las candidatas femeninas. Repugnante. Me parece repugnante la utilización de la mujer como candidata en tanto en cuanto no es la mujer, por su condición, un ser que me haya interesado para nada jamás. En diferentes simposios y en unos cuantos de mis libros expongo muy claramente que sobre la mujer ni sé ni me interesa. No conozco su mundo, su lenguaje, ni su expresión. Así que, aunque la presencia de tres candidatas mereciera más atención por mi parte, mi premisa es mi premisa y yo por mi premisa, amigo, qué he de decir. La mujer en política, directamente, no me importa. No cuenta. No está. Y no está en la política como no está en otros asuntos de mi existencia, pero si queremos hablar de lo personal, tengo otra tarifa. Los candidatos masculinos, sin embargo, y seré breve, me decepcionaron. Y mucho. Salvo el dicharachero representante de la formación a mi juicio de fuerte influencia marxistoide Unión Progreso y Democracia, que me impresionó por su claridad de ideas, su buen talante hacia el diálogo tanto a nivel virtual como analógico y una capacidad expositiva que me recordó a los viejos políticos de la buena época del parlarentarismo británico como Joshian Wolfergton o Nicholas Smith, por citar algunos ejemplos, muy evidentes por otra parte. De sus ideas no quisiera juzgar nada porque como bien saben, los profesionales de la Comunicación Política nos debemos básicamente al mejor postor y no es de buen tono criticar las ideas de nadie. Siempre que no las expongan mujeres, naturalmente, y entonces entra mi premisa y bajo mi premisa, ya he considerado que las mujeres en tanto que yo no entiendo, ellas no deberían. Y ya está. Otros candidatos me parecieron consistentes en la exposición pero distraídos en lo suyo, quizás el candidato de la derecha nacionalista quiso parecer candidato de la socialdemocracia nacionalista pero la rapidez con la que desviaba la jugada hacia otros ámbitos le quitó un tanto de peso y de poso en su raciocinio. No quisiera pecar de algo que no soy, pero pecaré de lo que soy, soy profesor y didácticamente les diré que una persona que habla bien, que se mueve bien y que se desenvuelve de una manera apta para el trato con semejantes de su raza y especie, debería decir algo, más no lo dice. Otros candidatos me resultaron espesos, por lo que se me hizo seguir el hilo de su discurso entre onomatopeyas, buenos, correcto, ok, bien, entonces, eh, y demás. Quizás, en otro momento y en otro espacio yo mismo hubiera podido también caer en el error de parecer cercano resultando inane, pero mientras escribo esto y llevo el computador portátil hacia la terraza me quedo extasiado otra vez con la luz. Y esta vez es una luz de atardecer y es otra luz. Estoy escribiendo y tengo ganas de cerrar este documento para comenzar inmediatamente a escribir otro texto, no mejor ni menor. No más o menos. Lo que quiero decir es que lo que me gustaría es encontrar a esa personalidad política y comunicativa que pudiera, desde un manejo preciso de la luz, hallar esa rendija por la que colarse en el corazón de los ciudadanos, de los colomenses creo que se llaman los ciudadanos de esa localidad. Esa luz. Qué fuente de luz. Pero que no sea una mujer. Una mujer, no. Por motivos diversos, ya lo he apuntado, pero claramente porque yo no sé. Es decir, yo no conzco y entonces me resulta difícil. No voten a una mujer. No me obliguen a abrir un nuevo documento. Han sido ustedes muy amables por haber seguido el transcurso del debate. Agradezco yo también que el debate haya concluido. El amable presentador, sin duda un hombre de bien, despide la conexión. Me levanto del sofá. Soy feliz. El atardecer ha dado paso a una noche fresquita en la que de fondo escucho cómo mi ayudante prepara una omelette. La vida es un continuo... quizás para el siguiente debate les interese conocer mis opiniones, pero insisto, mientras haya mujeres como candidatas, yo lo veo todo un poco cojo.'

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