lunes, 1 de septiembre de 2014

La llave

Tengo que contar esta historia antes de que se me vaya de la cabeza. Y lo tengo que hacer ya. Me la contó mientras la música sonaba alta, la gente bailaba de forma desenfrenada y uno bien pudiera haber hecho como que no prestaba interés porque la noche estaba animada. Y sin embargo, nada de lo que ocurrió después tuvo más importancia. La historia de la llave que me contó era muy buena. Pensé, no se te puede olvidar. Estoy a punto de hacerlo y por eso tengo que escribirla.
Me lo contó muy al oído, porque la orquesta tocaba alto. 'Me ha pasado una cosa muy rara. He encontrado una llave y mi padre me ha hecho tirarla, que la aleje de mí. Estaba yendo a no sé dónde cuando en el poyete que está delante de la casa de ya sabes tú, en ese sitio que debería ser una tienda pero que no es nada porque lleva el local vacío ni se sabe cuánto, he visto algo y he ido a cogerlo. Era una llave. Una llave muy antigua y con una forma rara. En la parte de arriba, donde se engancha al llavero -estoy seguro de que ella me dijo cómo se llamaba esa parte de la llave, pero no consigo recordarla, por eso tengo que darme prisa en contar la historia antes de que se me vaya todo- tenía forma de cruz. Todas las llaves, al menos las llaves que vemos y que tenemos, tienen forma redonda, ovalada, en forma de corazón... pero no tienen forma de cruz, o tienen tres óvalos. Sólo las llaves de ataúd tienen esa forma en el asa. ¿Una llave de ataúd en mitad de la calle? ¿Una llave tan antigua en mitad de la calle, en pleno mes de agosto... quién la ha podido poner ahí? ¿Y porqué la tengo que ver yo precisamente, con lo que me atraen esas cosas? Decidí cogerla y llevármela a casa. No era una llave normal. Tú fíjate, si no lo sabías, en las llaves que tienes en casa. Ninguna tiene esa forma. Las llaves de los armarios, de los arcones, de las puertas, de las maletas... no tienen forma de cruz, o al menos las tres redonditas arriba. Sólo tienen esa forma las llaves de ataúd, de sarcófago.
He ido a mi casa y se la he enseñado a mi padre. Se ha puesto como una moto, se ha enfadado muchísimo y me ha dicho que porqué la había cogido. Que la tenía que tirar. Yo he pensado que era una señal, que la llave me quería decir algo, algo que abría algo, pero mi padre ha insistido en que es una llave que seguro que trae mala suerte y me ha insistido mucho en que me deshaga de ella. Y yo que no, y él que sí. Y así hemos estado toda la tarde. Hasta que finalmente mi padre me ha hecho dársela mientras estábamos tomando algo aquí arriba. Se la he dado por no discutir más y en cuanto la ha cogido la ha tirado lejos. Ni siquiera se ha molestado en mirar dónde caía, la ha tirado lejos, por las olivas, para que nadie pudiera verla y le llamara la atención. Y yo no sé, pero creo que la llave era una señal y que no tenía por qué ser mala, pero ahora ya es tarde, porque mi padre la ha tirado. Y supongo que él sabrá más de esas cosas porque para eso es mi padre, pero no sé. Fíjate qué cosa se ha montado por una llave'.
Y ya está. Que puede que no tenga mayor importancia la historia de la llave, pero a mí me dio que pensar. En nada en concreto. En que no tengo ni idea de llaves, por ejemplo.

1 comentario:

  1. Pues que se de una vuelta por las olivas a ver si la encuentra... Y de paso, que nos cuente la historia.

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