martes, 3 de junio de 2014

Las calles de nuestros padres - Francisco González Ledesma

Francisco González Ledesma es el padre de Enric González, periodista que ahora escribe en El Mundo, pero que se hizo con el corazón de todos los niños de España escribiendo en El País sus crónicas sobre fútbol italiano. Francisco González Ledesma ya ha aparecido alguna vez por aquí, porque han sido dos los libros que me he leído de él, este es el tercero. Francisco González Ledesma ha ganado un Premio Planeta, pero eso no lo sabía hasta que no me he fijado bien en esta portada del libro, que debe ser la misma edición que yo me he leído y que sin embargo a mí se me ha pasado por alto.
Las calles de nuestros padres es otro libro que está protagonizado por el agente Méndez. Y es otro libro en el que Barcelona es la protagonista. Ya me conocen, los libros de Mendoza, Vázquez Montalbán, Marsé o Casavella, no me gustan por su intriga que también, si no por que hablan de Barcelona y no se entienden de la misma manera si uno vive aquí. Los libros de González Ledesma hablan de lo mismo y rizan el rizo con el periodismo, porque González Ledesma fue un periodista de los de la vieja escuela. Y habla de eso, y mucho.
Bueno. El libro es una Lonely Planet de una Barcelona que ya no está. Y si lo está debe ser muy, pero que muy escondida y uno, infeliz, no sabe verla ya. Y cuando estuvo tampoco estuvo al loro, que eso también. Una Barcelona reducida al espacio que va del Paralelo o Poble Sec a Via Laietana (como mucho hasta Passeig Sant Joan) y desde Plaza Catalunya hasta el mar. Las historias nunca se deciden finalmente en ese espacio, porque esa Barcelona no tiene nada, pero las historias pasan allí. En este caso, el libro habla de una muerta, una secretaria involucrada en manejos de finanzas en manos de gente turbia que lo mismo abre una caja fuerte, que encarga palizas, que se presenta a las elecciones, que viola a una menor. Todo eso pasa. Le puede pasar a cualquiera, en Barcelona también. Pero ya no pasa. De hecho la moraleja del libro es que ya no pasa. Que pasa, pero que no te vas a enterar.
Méndez investiga, pero también lo hace un periodista llamado Carlos Bey, o un desgraciado periodista también llamado Amores, o un abogado llamado Sergi Llor, que me figuro que serán personajes de carne y hueso muy reales pero con nombres cambiados. Y todo el mundo habla de las calles de Barcelona, de sus bares, de sus tascas, de sus pensiones, de sus cines, de las putas, de los travestis, de lugares que uno ha recorrido mil veces y que ya no son. Dan ganas de ir con el libro en la mano y recorrer esos lugares, como si fuera realmente una Travel Guide, a ver qué queda. Seguramente nada.
Una Barcelona delimitada, peligrosa, mestiza, autóctona, auténtica, y muy falsa. Donde los ricos son muy ricos pero saben que las cosas se resuelven como en una tasca, a ostias, a navajazos, y luego chitón. Y los pobres tienen que esquivar las ostias como puedan. Y el día que puedes sacar la oreja... tranquilo que te están esperando.
Ya está uno deseando bajarse en Arc de Triomf y, libro en mano, iniciar esa ruta de tascas en busca de cariñenas, cafés con mosca y... cosas que no se pueden reproducir aquí.
Muy, pero que muy recomendable. Y si eres periodista... pues no te cuento. Porque eso es otro cuento.

3 comentarios:

  1. Muy amable, gracias.
    Pavor a Bergman...? Dios mío, ¿cómo es eso? Una vez me dijo que Fassbinder le daba miedo, puedo entenderlo. Pero, ¿Bergman?? Es de lo más lúcido de la historia del cine. Si le tiene pavor, le recomiendo "Fanny y Alexander", es de las más fáciles, aunque dura la tira, y es imposible no disfrutarla.

    ResponderEliminar
  2. Uf, ni idea... Gracias por la recomendación. A ver, cuando vaya a España me pongo al día.
    Oiga, ¿no dará un concierto de esos del Paco el Toni, a finales de Julio?

    ResponderEliminar
  3. Vaya, monsieur, pues suena interesante. Tomo nota de éste.
    Bueno, ya estamos aquí otra vez dispuestos a todo, después de tanto problema técnico.

    Buenas noches

    Bisous

    ResponderEliminar