jueves, 29 de mayo de 2014

Karpov

Qué alegría tan maravillosa. Qué momento tan bonito. Me acuerdo como si fuera ahora mismo cuando nació mi primer hijo. De mi primera esposa. De mi primera relación. Podría tirar de tópicos y decir que fue la partida más importante de mi vida. Los tópicos. Qué recurso tan denostado, pero pienso que en realidad los tópicos nos ayudan a crecer como personas. Hay mucha gente que, por desgracia, no tiene demasiados asideros mentales a los que agarrarse y necesita recurrir a los tópicos, a los clichés para ser alguien. Ser en tanto en cuanto. Ser en un conjunto. Ser. Aquel niño es ahora ya un mocetón. O era moza. El ajedrez me ha destrozado los nervios. El ajedrez me jodió la vida. Es mentira, es otro tópico. El ajedrez me ha hecho una persona de bien. El primer hijo fue el movimiento más importante de mi vida. Pero ahora ya no vivo con aquella muchacha que fue la primera esposa que tuve. Y que se llamaba... el tópico diría que debería tener dificultades para recordar ese primer nombre, pero no es verdad, me acuerdo de ella perfectamente. Cómo no me voy a acordar. Tengo otra relación, estoy muy contento y vivo muy feliz. Qué tópico. El niño. No me acuerdo de cómo se llamaba aquel niño. O era una niña. Os estoy engañando, claro que me acuerdo. Me acuerdo de tantas cosas que soy capaz de recitar partidas que jugué hace tiempo. Hace treinta años. Otro tópico. El ajedrecista que se acuerda de todo. El tópico. La gente necesita los tópicos para definirse. El tópico del que hace las cosas porque es necesario hacerlas mientras los demás están de parranda, riéndose, sin ser conscientes de la gravedad del momento. El niño como el movimiento más importante de tu vida. No tener un niño como el movimiento por excelencia. Estar más solo que una rata. Las ratas están solas. Eso es otro tópico. No sé porqué las ratas deben estar solas. Miro la foto y no recuerdo el nombre de la chica. Creo que es verdad que no la recuerdo. Y me acuerdo de ella continuamente. Es contradictorio. Otro tópico más. La contradicción buscada. Es y no es. Era y ya no es tampoco. Es evidente y al mismo tiempo, tan oscuro. El niño, el amor, la chica que sale en la foto. Su pelo cortito. Su sonrisa. Creo que he olvidado cómo se llamaba. Y si ese niño es mío o no es mío. Quizás es una foto en casa de mi hermana, con un sobrino. Quizás. Podría ser. El ajedrez puede acabar con los nervios del más pintado. Yo soy así. Necesito descansar, recuperar a aquella chica del pelo corto. Aunque lo tenga largo ahora. No me acuerdo de cómo se llamaba, así que qué voy a recuperar. El ajedrez es mucho más complejo que la vida. Otro tópico. Ese niño dónde está. Por qué me estoy riendo tanto si debería estar triste. Por qué estoy triste si no estoy jugando a ajedrez. El ajedrez y un niño. Acabaremos volviéndonos locos de verdad.

1 comentario:

  1. Conversación de ayer con niño de 13 años: "Cuando tengas hijos, ¿los vas a dejar jugar a videojuegos?" "No voy a tener hijos" "¿Por qué?" "No me gustan los niños".
    Hoy, con una niña de 12: "¿Te puedo hacer una pregunta personal?" "Sí" "¿Estás casada?" "No, ¿Y tú?". "No, yo tampoco".
    Tolya, el ajedrez no es más complicado que la vida. No hay nada más complicado.

    ResponderEliminar