lunes, 13 de enero de 2014

Villastanza de Llorera IV

Sigue el relato de las 'Espantosas escenas en la vida de Quirino Barrantes', de Benito Repojo Ostiz, premiado en el nosecuantos certamen de tal, como ya les dijimos en su día:
'La prima de Quirino Barrantes se llamaba Apolonia y en el pueblo la conocían por Poli. Quirino Barrantes llegó a su casa después del agradable encuentro en el bar con Áureo 'Eldorado', cortó un poco de queso y con unas rebanadas de pan, medio cenó. Al día siguiente, con cierto desconsuelo en el estómago, pensó en bajar el bar de Cifuentes, que estaba en la esquina misma de su casa para desayunar algo. Un croissant, una magdalena, un donut con el café con leche. Pero en Villastanza de Llorera esas exquisiteces no se consideraban propias de un adulto y en los restaurantes se servían tostadas y unos sobaos envueltos en plástico que no se consideraban comestibles más que para niños y gente delicada de la vida. Quirino pidió unas tostadas y un café con leche y mientras leía un diario regional con noticias de un interés medio bajo para quien no fuera de la comarca, vio pasar a su prima Apolonia, Poli, con un niño camino del colegio, supuso. Poli efectivamente, acompañaba a su nieto Jonás a la escuela, pero Quirino pensó que era su hijo. Quirino se asomó a la puerta y llamó a Poli. 'Prima, pero bueno! ¿Cómo estás? Iba a verte ahora mismo, fíjate tú qué casualidad.' Poli ya sabía desde hacía algunos días que su primo Quirino estaba por el pueblo. 'Primo, ya me habían dicho que andabas por aquí... oye, si te esperas ahí un momento, dejo al niño en la escuela y desayuno contigo en un momento'. 'Bien'.
La prima Poli había envejecido bien. Tendría unos cuantos años más que Quirino, pero parecían casi de la misma edad. Su vestuario no correspondía con el que lucían sus paisanas, y todavía lucía de vez en cuando alguna de las camisetas de grupos de música que le gustaban en su juventud. Su pelo, teñido de rojo sangriento, le daba un aspecto aún más rompedor. Entró en el bar de Cifuentes y pidió un desayuno con tostadas y fue a la mesa de su primo. Se dieron dos besos, se dijeron lo cambiados que estaban y la prima Poli le preguntó, como no podía ser de otra manera qué hacía en Villastanza de Llorera, con lo poco que le había gustado a Quirino ir al pueblo y lo abandonados que les tenía desde hacía tantos años. 'Pues que me he tenido que venir, prima. La cosa se había puesto fea en la ciudad y me he venido a ver si me aclaro un poco'. La prima Poli le miró con ojos que simulaban comprensión pero que delataban extrañeza. '¿Pues qué ha pasado tan feo para que te hayas tenido que venir?'. Quirino comprendió que el interrogatorio iba a ser la tónica habitual de sus encuentros con lugareños y decidió postergar de alguna manera el momento de dar una explicación definitiva. 'Uy, prima, me invitas a comer un día y te lo explico...'. 'Coño, pues hoy mismo! Mira, yo ahora tengo que ir a comprar y luego cuando vaya a recoger a mi nieto...'. '¿Tu nieto? ¿Cómo que tu nieto?'. 'Bueno! ¿No sabes que tengo un nieto? Es que igual no sabes que tengo una hija y todo... madre mía, si que estás descastado tú... Mira, te vienes a comer y te lo cuento y tú me cuentas y ya conoces a mi hija Boreal y a Jonás.'
'Boreal... vaya nombre', pensó Quirino. 'Mi prima tiene que tener una cabeza buena', continuó. 'Oye, pues nada, no hay nada más que decir, me paso por tu casa a eso de las dos o así y comemos y ya...'. Y así quedaron.
Quirino Barrantes tenía que pensar en alguna escapatoria, alguna explicación. Su mujer... a ver cómo lo explicaba. Y lo del negocio... Ya se le ocurriría algo. Salió por la puerta y el Cifuentes le gritó 'Maestro, que nos vamos sin pagar!'. 'Perdone, perdone, qué cabeza también...'.
Cifuentes, al que no le gustaba Quirino Barrantes, cobró lo que se debía de las dos consumiciones, porque la prima Poli tampoco había pagado y decretó 'todos los de esa casa tienen una cabeza...'. Y no se equivocaba, no.

1 comentario:

  1. Como estuve alejada del mundo virtual me he perdido casi todo. Lo que he leído hoy promete:-) Rompedor.
    Un abrazo y buena semna

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