lunes, 7 de enero de 2013

El futuro

Mis días en el pasado terminaron ayer, porque hoy me he proyectado hacia el futuro. No ha sido nada del otro mundo. Ayer me fui a dormir y no cerré bien la puerta de mi habitación. No sé a qué hora de la madrugada me he despertado al oír cómo el viento soplaba tan fuerte que parecía que se me iba a volar la terraza. La bicicleta, las sillas, las macetas, todo lo estaba viendo volar. He decidido, como siempre, cerrar los ojos y no hacer caso. Al final nunca pasa nada, y por dos macetas que se vuelen... o que se vuelque la bicicleta... el caso es que al cabo de un rato me ha vuelto a alarmar el fuerte viento y el sonido del chambao de plástico a punto de salir despedido. Saltándome todas las normas de comportamiento que me caracterizan, basadas en el darme la vuelta, en dejar pasar, en no hacer, he decidido salir a ver qué pasaba y en todo caso, recoger los desperfectos que a buen seguro se estaban dando.
Al abrir la puerta de la terraza he visto que había una silla que se había desplazado de donde recuerdo que se ubicaba. Se había empotrado contra una maceta, pero sin tronchar la planta. He salido a colocarla en algún sitio para que no se volase y ha sido entonces cuando una ráfaga de viento me ha mandado a otro tiempo. A hoy. Aquí. Sin solución de continuidad.
Una mierda de viaje en el tiempo, la verdad. Lo único que ha ocurrido es que me he encontrado aquí sin necesidad de oír el despertador por la mañana, sin tener que pensar en qué me iba a poner antes de ir a la ducha. Sin tener que ducharme, sin tener que sintonizar el pequeño transistorcillo que jamás se escucha como dios manda. Sin tener que coger el metro. Sin viajar leyendo. Sin esperar en la puerta con el compañero a que nos dieran ganas de entrar a currar. Nada. Una mierda de viaje en el tiempo de unas horas nada más.
No sé. Una sensación bastante chunga. Porque oye, para una vez que sucede un algo sobrenatural en la vida de uno, tan acostumbrado a que todo sea tan así, y que lo único que ocurra es que de estar en la terraza a las tres de la madrugada, aparecer ya en el curro vestido y todo... es algo así como descorazonador. Porque yo que sé. Si viajas, pues que te manden al futuro ese de naves espaciales, o al pasado del siglo de Oro, o a cualquier otra parte y así ves mundo. Pero si todo lo que hay es que te presentes 'antes' en el curro, pues la verdad. Menuda mierda de todo.

4 comentarios:

  1. Por algo se emmpieza. El viaje interestelar vendrá después
    Da gracias que la silla no volara a la calle, pues en vez de cambiarla de sitio imagina:-)
    Feliz semana

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  2. Bueno, no desespere, seguro que eso fue una prueba para ver si funcionaba, y mañana aparece usted en el Imperio Romano, ahí en el circo, con Calígula observándole. Vaya desempolvando su latín, Tolya.

    Feliz comienzo de semana

    Bisous

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  3. Respuestas
    1. un chambao es como un pequeño tenderete cubierto, como una tienda, como una construcción provisional hecha con uralitas o con cañas. el grupo chambao lleva su nombre porque en las playas los chiringuitos tienen ese nombre. bueno, se les puede llamar chambao. vamos, es donde tiendo yo la ropa, hecho de plástico.

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