jueves, 29 de noviembre de 2012

Gran Biblioteca Universal del Pensamiento

En el año 1814, en la pequeña villa costera de Perosetto, el conde Wilhem von der Fergenheim, mientras pasea acompañado por un sirviente, llega a una conclusión sobre un asunto que le permitirá terminar el libro que está preparando. La idea es buena, pero cuando llega a casa no recuerda el qué y vuelve a salir a pasear a ver si se acuerda.

La ciudadana boliviana Estrella Errechaguren decide romper una incipiente amistad con la ciudadana española Teresa Delclós ante las excesivas opiniones de esta última sobre la certeza de que Adán no es 'ni de broma' (sic), el primero de los hombres. Ante la palmaria falta de tolerancia de la Delclós, Errechaguren da por terminada la relación, porque hasta ahí podíamos llegar.

- Tres cuartos de hora después de haber llegado al consenso que nos permite seguir adelante con la reunión, me dices ahora que te has acordado de una cosa y que si no tenemos inconveniente, sería necesario volver de nuevo a comenzar y tratar un punto fundamental que se te ha pasado. Pues coges tú el boli, la libreta, y apuntas lo que te salga de los mengues, que yo me voy a casa.

Nicolás Sánchez de Toailles, en su ensayo sobre los pueblos que poblaban la meseta castellana antes de la conquista romana, inserta un poema de carácter francamente procaz inspirado en el sexo de otro hombre, que por error se había colado en las galeradas que habían enviado a imprenta. Que si tú, que si yo, que si yo pensaba, que si a mí lo que me dicen, y yo qué iba a saber... en fin. Una carrera hundida.

Precisamente en el ensayo del profesor Nicolás Sánchez de Toailles, que se llamaba para más inri 'Enhiestos y firmes. Antes de que fuéramos romanos', aparece la historia de un caudillo celtoi que si en vida fue distinguido como un sabio gobernante de una pequeña confederación de poblados, en cuanto se murió, su nombre fue manchado y vilipendiado de manera terrible, como aparece en multitud de tablillas que se encuentran en la zona que gobernó. Sin embargo, al acceder a la jefatura un pariente próximo del anterior caudillo al cabo del tiempo, se registran nuevas tablillas en las que la figura del caudillo es alabada sin mesura. Luego viene otro y las tablillas e inscripciones vuelven a tacharlo de todo menos bonito, y así hasta que llegan los romanos y ya no hay tablillas celtas y eso.

Entrevistado en una revista musical de corte eminentemente rocanrolero de chaqueta de cuero y camiseta de jack daniels, el bajista de los Symphonics dice que lleva ya tiempo detectando que mucha gente va a sus conciertos no a escuchar música si no a pasar el rato y que le molesta. Que están pensando dejarlo todo y centrarse en la creación en el estudio y que ya tienen dinero suficiente para pasar de todo y centrarse únicamente en el rock como arte y no tanto como entretenimiento, visto que ya no entretienen a nadie. En el texto, se deja un espacio en blanco, y el propio bajista retoma su explicación diciendo que bueno, claro, que las chicas...

- No, no, si a mi no me importa que me interrumpas mientras estoy hablando. Al contrario, si me interrumpes me parece muy buena cosa porque demuestra que lo que estoy diciendo te ha llegado de alguna manera, es decir, que me estabas escuchando. No me molesta, de verdad, interrúmpeme las veces que te de la gana, de verdad, que me halaga que lo hagas. En serio, me hace ilusión.

En el momento de agradecer a la concurrencia haber asistido a su exposición de fotografías sobre el lago Bajkal, el escritor Rosario del Pasto, explica que en realidad esas fotos tampoco tienen demasiado misterio y que si no hubiera sido porque es escritor y que tiene un contrato con una importante editorial y que su novela sobre detectives zombies que escuchan NIN todo el rato no fuera un éxito de ventas, que esas fotos no las vería ni su santísima madre, que de hecho no está en la sala. Y la gente lo entiende, y no pasa nada, y no se tiene porqué enfadar nadie.

El otro día, mientras mi madre cortaba la masa para los jarapos, me acerqué a ella y le hablé de la problemática sociolaboral de nuestro tiempo. Mi padre, mientras preparaba la mesa para comer, también escuchó atentamente mi alocución. Sobre las reflexiones que tanto una como el otro hicieron no puedo decir nada si no es en presencia de mi abogado.

3 comentarios:

  1. Como somos:-) Genial tu post y me ha arrancado una sonrisa. Y cuando hablas te interrumpen siguen con otra cosa y nadie pregunta de que estabas hablando...
    Menos mal que yo no te he interrumpido.
    Un abrazo

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  2. Yo no suelo interrumpir aunque admito que en ocasiones y dependiendo de la temática o el interlocutor, suelo "escuchar" la conversación en modo Homer Simpson- véase mirada atenta pero cerebro ejecutando su propio concerto, en mi caso cualquiera de Alice Cooper.

    Saludos, caballero.

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  3. A mí me da pena el pobre Toailles. Aunque con ese título Freud hubiera visto venir la desgracia.
    Monsieur se está haciendo muy cauto, pero veo que aún no ha llegado a eso de "en presencia de mis abogados". De momento aún asoma la modestia y se conforma con uno solo.

    Espero que el día haya ido bien!

    Buenas noches

    Bisous

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