martes, 16 de octubre de 2012

El gran desgraciado europeo XIV

Yo hay muchas cosas que no me explico. No me las explico, la mayoría de las veces por que no tengo las herramientas de comprensión necesarias. No me las explico, pero no porque sean increíbles, fantásticas, fuera de la realidad, sino más bien porque soy demasiado simple para entenderlas. Si yo fuera como vosotros. Ay. Si yo pudiera entender. Si en mi cabeza, en mi triste y gorda cabeza, pudieran entrar los conceptos, las imágenes, los procesos que llevan a que algo que yo no entiendo pasase a ser ciertamente comprensible. Si pudiera dejar de utilizar adverbios y palabras acabadas en -mente. Si yo pudiera comportarme ante la existencia como una persona común, capaz de entender y de saber luego plasmar en la existencia real lo que he aprendido. Ay. Si yo pudiera, por ejemplo, viajar a Nueva York y pasear por Coney Island y entender que no estoy paseando por un sitio cualquiera, que Nueva York no es cualquier cosa. Que en Nueva York todo se cuece, que lo que ocurre en Nueva York es lo que ocurre, lo que pasa, y lo que me pasa a mí aquí no tiene ninguna importancia. Que los que no viven en Nueva York en realidad no existen. Que en Coney Island la gente se lo pasa de verdad bien, bien, muy bien. Y que nosotros, en el resto del universo, en realidad no sabemos lo que es pasárselo bien. En Nueva York todo tiene importancia, porque es importante. Un cartel de refrescos, la señal de tráfico, un señor bebiendo un café en una terraza, el puesto de perritos calientes, una señora con bolsas de la basura, una indigente, una indigente de Nueva York. La lavandería con carteles de principios de siglo, a la que va la gente a lavar la ropa, y se sientan y leen revistas, o libros, mientras esperan a que se haga la colada. La lavandería con carteles de principios de siglo. De cualquier siglo. Pero es un siglo que ha pasado en Nueva York. Que se ha vivido de una manera diferente. Se ha vivido de la manera en la que se deben vivir las cosas. En Budapest no vivían así. De otra manera. Y no caeré en el tópico de decir que no es mejor o peor. Es peor. En Budapest las cosas son peores. En Barcelona las cosas son peores. En París, en el mismo París, las cosas son sensiblemente peores. Las vivencias, las experiencias, un buen filete poco hecho, la mejor pizzería de la ciudad, las señales pintadas en el suelo, un montón de gente saliendo de edificios muy altos que miran el reloj porque tienen prisa, un ejecutivo que bebe un café en la calle en un vaso de plástico.
Qué contraste tan de Nueva York. Un ejecutivo que bebe un café en un vaso de plástico en la calle. En mangas de camisa, con la corbata, buen corte de pelo, dinámico, dinámico, rápido, es Nueva York.
Antas Nekermann se preguntaba unas cosas mucho menos así. Porque en aquel momento de su vida Antas Nekermann no estaba con la cabeza para estas historias. ¿Qué hacer? Es un libro de Lenin, creo. Qué hacer. Qué se puede hacer cuando estás perdido en una gran ciudad, te lo han quitado todo, estás sentado en una lanvadería de Nueva York, no conoces el idioma, vas a llorar.
Llorar. Antas Nekermann no sale de un bucle en el que quiere llorar. Llorar. Llorar y llorar. Porque se encuentra perdido.
Seamos claros. Yo también estoy perdido. Hay cosas que no entiendo. Que no sé explicar. ¿Cómo una persona como Antas Nekermann, que se encuentra en un estado tan lamentable, puede pasar el siguiente tramo de su vida despachando bebidas refrescantes en un pequeño pueblo de la costa caribeña mexicana? ¿De qué manera? ¿Porqué algo puede ser uno y trino y yo no puedo entender estas cosas? ¿Porqué en Coney Island la gente va a un parque de atracciones y a mi me parece que es todo como muy triste? ¿Porqué?

4 comentarios:

  1. Este europeo tiene el punto de vista distorsionado. No, no y no.

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  2. ja pel capítol XIII, que seria el XIV, no? Mira tu si dóna per temes la vida d'aquest home!

    :)
    ptns

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    Respuestas
    1. lo sabía, sabía que tenía que pasar... me he comido un número... si es que no. así, no. dios, dame luces!!
      :)

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  3. Bueno yo tampoco entiendo y los comentarios están muy bién. Nos hemos comido un capítulo o solo traspapelado los números.
    Ay esas mates:-)
    Me está gustando aún sin entender.

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