lunes, 2 de julio de 2012

Eduardo Mendoza. Riña de gatos.

José Antonio Primo de Rivera como si fuera un galán de cine. Te vas de farra con José Antonio Primo de Rivera. Te vas de juerga con José Antonio Primo de Rivera. José Antonio Primo de Rivera hablando de literatura, mujeres, la vida, mientras se baja una botella de whisky contigo. José Antonio Primo de Rivera te rescata a bordo de su Chevrolet en medio de un tiroteo. José Antonio Primo de Rivera, un gentleman que vive entre dos pasiones.
Riña de Gatos es el libro con el que Eduardo Mendoza gana el premio Planeta en 2010, pero yo me lo leí la semana pasada. Soy muy fan de Eduardo Mendoza. Menos los últimos libros, los del viaje de Horacio Dos y algún otro, creo que me leído buena parte de su obra. En este libro se reconocen muchos de los puntos que hacen de Mendoza un crack. ¿Es bueno? ¿Es malo? Es un libro entretenido, muy entretenido, en el que al final... pues nada.
El libro nos cuenta la llegada de un inglés un tanto bobete, como algunos de los protagonistas de los libros de Mendoza, que viene a España en marzo del 36 a tasar un cuadro. Se verá inmerso en una trama de tres pares de narices, porque al parecer el cuadro que va a tasar y el dinero que se consiga, servirán para financiar a la Falange, que quiere montarla parda. El inglés, que tiene por costumbre no meterse en política, sabe mucho de Velázquez, pero parece que sabe poco de la España actual (del 36), ya que cada dos por tres le tienen que ir contando cómo está la película aquí, quiénes son los de la Falange, estos, los otros, y los de más allá.
El cuadro que va a tasar es propiedad de una familia de rancio abolengo. Tienen cuatro hijos, pero solo salen tres a escena. La hija mayor, Paquita, está enamorada de José Antonio Primo de Rivera. La pequeña, Lilí, se enamora del inglés. El joven Guillermo es falangista. El inglés se enamora de Paquita, claro. Una chica dispuesta, liberada o así lo parece, racial. Pero que quiere a otro.
Aunque parece una misión secreta, todo el mundo sabe qué hace el inglés en Madrid. La Dirección General de Seguridad, con el teniente coronel Marranón, lo sabe, la Embajada inglesa, lo sabe. Hasta los comunistas lo saben. Un agente comunista, llamado Higinio Zamora Zamorano pretende que el inglés se lleve a Inglaterra a la hija de una compañera que ha tenido que dedicarse 'al oficio', la Toñina. No sé porqué pero esta Toñina me recuerda a otros personajes de Mendoza. Todo ello en un clima de tensión, porque sabemos que hay tensión, y de normalidad. Con la gente yendo a las cafeterías, comiendo churros, esto y lo otro.
El libro va avanzando en la trama y al final nada. Van apareciendo personajes históricos, como Azaña, Ramiro Ledesma, Sánchez Mazas, Queipo de Llano, Mola y... Franco. Glups. Ya sabemos como termina todo, al final nada. Eduardo Mendoza medio insinúa que José Antonio Primo de Rivera ya sabía que los militares se la iban a jugar, que sólo le quedaba la desesperada, que ni él se creía lo que decía, que se había aburrido del personaje, pero que no le quedaba otra que seguir con la broma hasta el final. José Antonio.
Sabiendo, como sabemos, la de tropelías, infamias y sufrimientos que se infligieron a la población 'no afecta', en nombre de José Antonio, se nos saltan un poco los puntos con este tratamiento tan 'normal' de su figura. Y como siempre, Mendoza lo cuenta todo con ese sentido del humor que hace parecer chusco y grotesco lo más triste, pues tampoco sabemos si lo que nos dice, lo dice o nos toma el pelo. Quién sabe. Hasta el inglés aventura que podría tratarse de un agente soviético. Nada menos.
El inglés viene y se va no como ha venido, pero sí con una historia que contarle a sus nietos y sus nietos. Ya sabe algo más de ese país tan extraño, tan salvaje y tan encantador al mismo tiempo, España, que en unos días se meterá en una guerra que no dejará piedra sobre piedra. Bueno, dejará algunas piedras, pero para qué.

5 comentarios:

  1. Le tengo manía a Eduardo Mendoza. Debería darle otra oportunidad. Me lo recomendó un amigo cuando era adolescente, me leí uno, no sé cuál, estaba ambientado en Venecia. Había una mujer. No sé, me pareció un rollazo. Pero igual ahora el mismo libro ha cambiado.
    Si le han dado un premio... algo tendrá.

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  2. Me n'he llegit dos, d'ell: Sin noticias de Gurb i La ciudad de los Prodigios. Em van agradar però no sé perquè no he repetit... em fa mandra i no sé perquè.

    Bon dia!

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  3. Yo he leído tres que recuerde ahora mismo: La ciudad de los prodigios, El tocador de señoras y El viaje de Horacio Dos. A mí sí me gusta este hombre. Pero tengo que leer más. Ay! si es que no tengo tiempo para nada, me meto en mil fregaos.

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  4. Pues fíjese que aún no lo he leído, y ya toca. Porque ganas sí que le tengo, aunque en general los premios planeta me tiren un poco para atrás.

    Feliz comienzo de semana, monsieur

    Bisous

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  5. Ese! La isla inaudita.
    Es una enciclopedia andante.

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