jueves, 3 de mayo de 2012

La novia o el metal

Quizás era el viaje más importante de su vida. Ulises Perolaza, conocido por sus amigos, los de su banda, los del bar, los del parque, los de la partida de rol, los del equipo de fútbol sala, los del club de fans de Judas Priest y toda la peña del barrio en general como Ulf, se enfrentaba a la decisión más importante de su vida. Se había echado una novia. Una compañera del trabajo, Merche, se cayeron bien, empezaron a quedar, ir al cine, 'una película que te guste a ti y luego una que me guste a mí', dar una vuelta, tomar algo, 'quédate a dormir en mi casa, si quieres', 'por qué no te vienes este domingo a comer con mis padres, que vamos a un merendero toda la familia y...', 'mira, te he comprado una camisa, que si no te gusta no pasa nada, la devuelvo', '¿no has pensado en cortarte el pelo un poco? estarías más guapo con el pelo un poco más corto...'.
¿Lloran los heavys? Una pregunta que puede desatar un debate tan árido como una disputa entre partidarios de Parménides y Heráclito. ¿Lloran los heavys? Yo creo que no. Los heavys no lloran. Pueden sufrir por dentro. Pueden tener serios dilemas morales, pero se enfrentan a ellos como vikingos al borde del desembarco. Sin pararse en mientes, sin complicarse la existencia. Porque son heavys. Pero la vida del heavy es dura, se enfrenta a mil peligros, todo pende de un hilo y el camino recto no existe. Llega un momento en el que se ha de disimular. Ulises 'Ulf' Perolaza va en el metro camino de la cita decisiva con su novia. Lleva puestos sus pantalones de pitillo, sus bambas j'Hayber, la camiseta de Iron Maiden y la chupa de cuero con el parche detrás de Judas. Hoy lleva el pelo más sucio de lo normal. Desgreñado. Durante muchas citas con Merche ha procurado llevar el pelo limpio. Su larga melena, a veces recogida con una coleta, limpia, reluciente. Hoy no. Hoy quiere darse el gustazo de recordarse que es heavy. Que el metal no admite remilgos. Que el metal es lo primero. Que tiene unos principios. Que es el metal.
Ulf trabaja. Ulf no ha tenido los problemas de otros colegas. El Yul tuvo que cortarse el pelo y quitarse las muñequeras y los colgantes con la estrella de Satán para trabajar en la oficina. El Peri solo lleva su perilla como recuerdo de cuando era el máximo experto en el barrio sobre dobles bombos, metal noruego y campeón interestatal de Warhammer. La Yoli ya no marca nada con sus mallas azules y blancas desde que dejó de ser la walkiria preferida por todos los colegas del barrio, ahora trabaja en una agencia de viajes, lleva el pelo cortito. Sigue siendo la guerrera más guapa, pero ya es otra cosa. Dos críos y un novio que fue rapero. Una lástima. A veces se encuentra con los colegas en el parque cuando salen los domingos y ella lleva puesta su camiseta de Dio y los tejanos. Heroína del metal.
Ulf trabaja en el almacén de la distribuidora de racholas del barrio. Un trabajo chungo para el que no hace falta llevar buen aspecto. Ni malo. No es lo que cuenta. Ulf lleva camisetas viejas de Deep Purple de su hermano mayor. Su hermano mayor, el Alex, que cantaba en los 'Demonios de Fuego' y que ahora sin que nadie sepa porqué va a conciertos de Estopa con su parienta.
Ulf va en el metro a tirar el último cartucho. La Merche es muy buena tía. Es del barrio. Trabaja en las oficinas. Es la sobrina del dueño, el señor Martinet. Es una chica normal. No le gusta la música. Tiene discos de Mecano, El Último de la Fila, Alejandro Sanz y de chavalita era fan de los New Kids on the Block. No quiere que Ulf deje de ser quién es. Sólo quiere...
La novia o el metal. El viaje en el metro va llegando a su fin. Han quedado en verse en una cafetería del centro, con unas amigas de Merche. La Merche está muy guapa hoy. Las gafas le quedan estupendamente. Ulf entra en la cafetería y algunos se le quedan mirando. Un heavy. La Merche no le ha puesto buena cara.
Se saludan, dos besos, dos besos a las amigas. También hay un fulano que va detrás de una amiga de la Merche. La Merche le dice al Ulf que vaya pelos, por lo bajini.
- No. Es que mañana voy a la peluquería y por no lavármelo dos veces...
Los Heavys no lloran.

4 comentarios:

  1. Los heavies lloran como madalenas, estoy segura. Son unos blandos y unos romanticones.

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    1. los jevis no lloran. guerrean con el hacha en la mano en busca de castillos lejanos donde descansar en torno a una mesa llena de cerveza y escuchando largos punteos y soñando con la cantante de Doro (que es la misma Doro).

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  2. Bueno, es mejor así. Esa chica, si escuchaba a Mecano y eso como mucho, no era para él. Yo creo que en el fondo él quería romper, y una melena toda pringosa siempre llega más allá de las palabras. Con eso estaba todo hecho.

    Feliz tarde, monsieur

    Bisous

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    1. yo lo que creo es que él iba con intención de reafirmarse en su 'metalidad', con su pelo pringoso y todo. pero que, finalmente, claudicó.
      bisous!

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