martes, 8 de mayo de 2012

Juan Andino Wessens

En lo que era la sorprendente tercera edición de la autodenominada 'Asamblea por la Cultura Popular y el Entendimiento entre las Gentes', tras la locución e introducción del evento por parte del presidente, subió al estrado un hombre de pelo canoso recogido en una coleta, no muy alto ni muy bajo, morenísimo y de rostro aindiado, que se presentó como Juan Andino Wessens y que se dirigió a la concurrencia como sigue:
- Antes de que suba más gente y nos deleite con sus composiciones o bien nos ilustre con algún estudio, que seguro que será de gran interés, sobre la historia de la payada, déjenme que les comente un par de cosas. Seré breve. Me llamo Juan Andino Wessens y soy eso que se da en llamar un apátrida. Tengo un país en el que nací pero ahora mismo, y disculpen mi actitud, no me apetece decir cuál es. No soy de ningún sitio porque en ese país tampoco me esperan y si lo hacen no creo que me saquen la banda de música a la calle para recibirme. Pero no quiero que ahora nos enredemos en que yo cuente o que insinúe si soy o no soy. Me llamo Juan Andino Wessens, aunque todos los que tienen trato conmigo acaban llamándome simplemente Wessens. Ya les digo por adelantado que me he bebido dos cafés antes de subir al estrado y estoy bastante nervioso. No suelo tomar café pero no sabía que hacer antes de decidirme a subir, porque no les conozco a nadie de ustedes, no sabía con quién hablar y en algo tenía que matar el tiempo. Dentro de unos minutos es posible que me empiecen a dar tirones los brazos y no les ofreceré una estampa nada agradable. No es que no me guste el café, que si, pero no le veo nunca la necesidad.
Así que les informo que he subido a esta tarima, a este estrado, en este evento sobre la Cultura Popular y demás para avisarles de un hecho que considero fundamental para el devenir de los habitantes de este hemisferio tan y tan querido por muchos de ustedes, pero no por su totalidad. Porque eso sería pedir demasiado, ¿no es cierto? Que todos los presentes estuviéramos de acuerdo en lo mismo. Qué barbaridad. No es posible ¿verdad? Yo tampoco me lo creo, igual que ustedes. El caso es que viniendo hacia aquí me he dado cuenta de que yo no sé tocar la guitarra. Ni la guitara pequeña, ni la grande, ni ninguna guitarra. No he tenido nunca una guitarra en las manos con la intención de crear algo con ella. No sé rasgar, ni puntear, ni entiendo de acordes, nada por el estilo. No me ha interesado. Pero he perdido la guitarra.
¿Cómo lo ven? No lo entienden, ya veo sus caras. He perdido una guitarra y no era mía. Me habían dado una guitarra cuando llegué, para que con ella representara la imagen del antiguo payador y la he perdido. No la he perdido aquí, la he tenido que extraviar en el hotel. Un hotel muy bonito por cierto, y desde aquí quiero agradecer a la organización la molestia que se tomaron alojándome en un tan hermoso establecimiento. Y además de capital nacional. Lo que es toda una proeza, porque no recuerdo haber encontrado un hotel de propiedad nacional nunca en la vida en todas las ocasiones que he venido por aquí. Y miren, nunca es tarde.
Vamos, que he perdido la guitarra. Me la dio el señor presidente que aquí está mirándome con cara de no entender, pero no se preocupe señor presidente que estoy terminando. Me la han tenido que quitar ustedes que estaban en la misma estancia, así que el que la tenga me la devuelva por favor. Porque el presidente me encargó posar con la guitarra a cuestas para la prensa nacional e internacional, componiendo... y creo que uso mucho la palabra componer pero me disculparán, componiendo digo la figura del payador para las fotos, porque el señor presidente pensó que contratar a un payador de verdad resultaría muy caro y yo estoy en una situación en la que por cuatro perras hago lo que sea.
Devuélvanme la guitarra, disfruten de sus pláticas, y muy buenas tardes.

3 comentarios:

  1. i és que una imatge val més que mil paraules, sea real o compuesta.

    Bon (mig)dia!
    ptns
    :)

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  2. De dónde has sacado es foto jajaja. Ojalá muchos pudiésemos tomarnos la vida así, como nuestro amigo Wessens. Vaya cara y desparpajo, lo de menos es que haya perdido la guitarra. porque me parece que con ella hasta la vergüenza. Genial
    Un abrazo

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  3. Mire, monsieur, por lo menos me ha arrancado usted unas carcajadas tremendas en un día en que no lo hubiera creído posible. Esa búsqueda de la guitarra le ha quedado de lo más cómico.

    Feliz tarde

    Bisous

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